Cómo las empresas manipulan con ayuda de los verticales

Artículo impactante, trabajado y muy sentido por parte de un compañero sobre los «Expedientes de Regulación de Empleo». Texto reproducido íntegro por su interés, el cual retrata fielmente desde dentro, con pelos y señales, en qué consisten y de qué forma se pergeñan los EREs:

Cómo las empresas manipulan a sus trabajadores con la ayuda de los sindicatos verticales. Historia real.

Hace ya más de 3 años que empecé a trabajar en las oficinas de una empresa del sector del metal y en este tiempo en la misma se han ejecutado 3 expedientes de regulación de empleo.

El primero, de extinción de contratos y presentado por causas económicas, hizo que los trabajadores, por aquel entonces más de 100, se asustaran y empezaran a preguntarse lo que era y lo que significaba. Para eso acudieron los representantes de los sindicatos verticales, pero no para enseñarnos como luchar contra un ERE, sino para que apoyásemos el mismo ya que, según dijeron los cabecillas liberados de estos sindicatos, después de reunirse con la dirección de la empresa y con el comité de empresa, debíamos votar a favor del ERE «por la viabilidad de la empresa y porque sino, podrían ser despedidos más trabajadores de los que incluía el ERE». Al final, la gran mayoría de los trabajadores votó que sí al ERE.

Pasó el tiempo, cosa de un año, y por la empresa volvió el rumor de un nuevo ERE, rumor que empezó un día y se verificó al siguiente. Tan rápido como que en 24 horas, la dirección, los liberados de la empresa y el resto del comité reunieron solamente a los trabajadores de fábrica, que eran los que en principio estaban implicados en el ERE y les volvieron a explicar que iban a presentar otro ERE de extinción de contratos «por la viabilidad de la empresa». Pero debido a que se pensaban que con el mayoritario apoyo al anterior y a las prisas por que se votase, a la reunión que se hizo un viernes por la tarde, faltaron muchos trabajadores, sobre todo los que sabían que no iban a estar ni estarán dentro de un ERE porque son los jefecillos, encargados y demás… por lo que la votación salió bien, es decir, que por primera vez los trabajadores votaron que no al ERE presentado por la empresa. Obviamente esto sentó muy mal a la dirección, que sin más llamó a los cabecillas liberados del los sindicatos verticales, junto con los liberados de la empresa y el resto del comité. Todos ellos se reunieron y nos citaron luego para otra votación, ahora sí con los empleados de oficina, a quienes nos habían dicho que si la votación del ERE no salía, en vez de ser un ERE para 10 trabajadores lo sería para 15 incluyendo empleados de oficinas, y que aunque no se respaldase por los trabajadores, lo harían con el apoyo del comité de empresa. Con lo cual, hicieron volver a repetir la misma votación pero con la gente de oficinas. Los sindicatos verticales llegaron a decir que este ERE era un chantaje que había presentado la empresa pero que era o 10 personas en este ERE o que si no, podían salir hasta 15. Sin más soluciones.

Aún siendo y sabiendo que era un chantaje, se votó… y con los votos de los empleados de oficina, salió que sí. Por lo que el ERE fue presentado y aprobado, aunque CCOO esta vez abogó por la no aprobación del mismo y se enfrentaron cara a la galería, por primera vez a lo que la empresa planteaba y a UGT. Al final la dirección de empresa no sólo logró lo que quería, sino que además enfrentó a sus trabajadores. Los de un sindicato contra el otro, y lo que es mucho peor, los trabajadores «de fábrica» contra los «de oficina».

Acentuando este enfrentamiento todavía más con motivo de las elecciones sindicales, donde la dirección de la empresa apoyó a UGT en todo momento. En estas mismas elecciones, y después de lo mal que lo hicieron unos y otros, solamente hubo una abstención, y hubo menos de un 5% de votos en blanco, siendo la plantilla de más de 7 docenas de trabajadores.

Y a comienzo de este 2012, la empresa ha vuelto a presentar otro ERE. Ahora de carácter temporal, para trabajar media jornada, solamente para trabajadores de oficina, en total a 7 trabajadores de unos 22 del total de oficinas y otra vez por causas económicas… Acabando los años 2010 y 2011 con casi el mismo beneficio, siendo una empresa viable, sin presentar pérdidas.

El ERE se expuso a todos los trabajadores en una reunión donde se votó sí al mismo. Claro, la desunión entre trabajadores de fábrica y oficinas seguía presente, y al ser sólo «para oficinas», los trabajadores de fábrica en la gran mayoría votaron a favor. Pero aún así, parece ser que no fue suficiente, porque a los pocos días, el director de la empresa llamó a los afectados por el ERE haciéndoles firmar un documento donde expresaban su conformidad con el mismo por la «viabilidad» de la empresa, no sin antes advertirles que si no firmaban y el ERE no salía adelante, posiblemente de esos 7 habría más de uno que saldría despedido. De los 7 sólo hubo una firma no conforme, todos los demás firmaron apoyando la presentación del ERE…

Estoy seguro que esto o algo muy parecido lo habéis vivido o os ha pasado muy cerca ya que está a la orden del día. Yo llevo más de 2 años siendo compañero de CNT, desde que se produjo el primer ERE en mi empresa e intentando informar a los compañeros de que hay algo más que los sindicatos verticales, de que nos engañan, acobardan y desunen para que no les llevemos la contraria, para que votemos a los sindicatos verticales que son de los que más se lucran, intenté que se abstuvieran en las elecciones de los sindicatos que no han hecho nada por ellos, he intentado echar para atrás los EREs, casi pudiendo hacerlo en este último donde solo éramos 7 personas, pero no he podido. Soy el único militante de un pueblo de unos 26.500 habitantes, donde ni siquiera mis amigos, incluso con ideas afines a las mías, forman parte o hacen algo por cambiar un poco la situación en la que nos encontramos. Donde la desidia y la dejadez y el «Ea!, qué le vamos a hacer… es lo que tenemos» es lo único que saben decir. Pero aun así creo que nosotros, compañeros, hemos de seguir, de seguir en el camino de la CNT, en el camino del compromiso sin que nadie nos obligue, sin que nadie nos diga cuál es ese compromiso porque nosotros mismos sabemos cuál es, y que por poco que podamos hacer, aunque sea solamente «dar por culo», debemos continuar. Yo seguiré aportando mi minúsculo granito de arena y aunque no consiga, y siga y siga dándome contra esta inmensa madeja creada por el Capitalismo y por los lucrados, que no pararé hasta que todos nos demos cuenta de cómo nos manipulan, roban, exprimen y matan.

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