
Del 27 al 31 de agosto de 2025 celebramos un año más una nueva convivencia de militantes de la CNT-AIT en un lugar muy especial: el Cortijo Eliseo Reclus, situado en pleno Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima, un enclave único de la Sierra del Segura que nos regaló paisajes espectaculares y unos días inolvidables.
La participación superó la veintena de compañeras venidas de distintos sindicatos y núcleos confederales: CNT-AIT Albacete, CNT-AIT Hellín, CNT-AIT Villarrobledo, CNT-AIT Jaén, CNT-AIT Murcia, CNT-AIT Alicante y CNT-AIT Vinalopó. Fue un encuentro de todas las edades, lo que dio todavía más riqueza al encuentro.

Durante el fin de semana disfrutamos de rutas por la montaña, donde se puso en valor el medio natural y el territorio, desde la divulgación ecologista hasta la histórica, a través de la transformación del paisaje. El calor nos invitó a disfrutar de unos baños naturistas en la balsa de agua nacida en la misma Sierra del Segura.

La vida en común se organizó de forma autogestionada: cocinamos colectivamente, compartimos la comida que cada cual había traído, montamos acampadas bajo las estrellas y dormitorios comunes en el cortijo. La solidaridad y el compañerismo estuvo presente en cada gesto, con el reparto de las tareas.


En la conferencia de la tarde del sábado se expusieron ponencias sobre estos temas actuales y tan interesantes :
- Análisis de la situación global y sus consecuencias o influencia en nuestro territorio.
- Cómo nos podemos organizar desde el movimiento libertario hacia las clases populares frente a fallos del sistema, y concretamente desde el anarcosindicalismo en los distintos niveles territoriales, fundamentalmente a nivel local y provincial.
La tarde resultó una intensa jornada de debate en la que el pensamiento libertario inundó la velada en un ambiente moderado en el que se trató todo lo que nos envuelve como clase obrera. Se reflexionó, se debatió y se matizó cada tema en una temática anarcosindicalista para poder paliar este futuro incierto que nos depara el sistema capitalista, con la experiencia del pasado y presente para poder hacer frente a esta odisea en la que desemboca nuestro mundo. En un ambiente relajado, conversamos sobre la situación que vivimos como clase trabajadora y como movimiento libertario intercambiando ideas, puntos de vista y experiencias de los distintos núcleos. No fue una conferencia rígida, sino más bien un espacio abierto que nos permitió enriquecernos mutuamente y reforzar la conexión entre territorios, animándonos a seguir adelante en la lucha y organización.


Lo que marcó la convivencia fue la fraternidad: risas alrededor de la mesa, paseos compartidos, grupos de diálogo, con la complicidad de organizarse juntas y el simple hecho de convivir en un entorno natural que nos invitaba a sentirnos parte de algo más grande.
En resumen, fueron unos días de conexión y a la vez también desconexión que nos cargaron de energía, en los que se mezclaron naturaleza, compañerismo, apoyo mutuo, solidaridad, filosofía y ocio, recordándonos que cada encuentro fortalece nuestros lazos y nuestra organización.
Nos despedimos con la sensación de que esta convivencia ha sido un paso más adelante tejiendo comunidad, solidaridad, apoyo mutuo y acción directa, y que sin duda, nos veremos de nuevo en futuras ediciones.
Palabras presentadas por unos compañeros al Encuentro
Compañeras, compañeros, vivimos tiempos en los que las máscaras han caído. Ya no hay tapujos en los discursos fascistas. El sistema se desmorona a ojos de todas, y lo hace arrastrando consigo derechos, vidas y territorios. Cada crisis no es un accidente, es el resultado lógico de un modelo que ha hecho de la explotación y la acumulación su razón de ser.
Nos dicen que no hay alternativa, que debemos resignarnos a salarios de miseria, a precios imposibles, a vivir con miedo y bajo vigilancia. Nos prometen seguridad a cambio de obediencia, estabilidad a cambio de silencio. Pero sabemos que todo eso es mentira. El capitalismo no puede ofrecernos futuro, solo más ruina y más represión.
Y es precisamente en este escenario donde tenemos que levantar la voz con fuerza. No estamos aquí para lamentarnos, estamos aquí para organizarnos. Porque frente a la precariedad, levantamos apoyo mutuo. Frente al autoritarismo, construimos comunidad. Frente al miedo, oponemos solidaridad, acción directa y el compromiso de cuidarnos entre militantes.
La historia del movimiento libertario nos demuestra que sí hay alternativa: la autoorganización desde abajo, el sindicalismo combativo, las redes de apoyo que hacen posible la vida al margen del mercado y del Estado. No hablamos de teoría, hablamos de práctica cotidiana, en el barrio, en la fábrica, en el campo.
Hoy, más que nunca, tenemos que recuperar la confianza en nuestra propia fuerza colectiva. No necesitamos salvadores, no necesitamos gestores de nuestra miseria. Necesitamos organizarnos como clase trabajadora y como pueblo. Necesitamos federarnos, apoyarnos, defendernos unas a otras y construir ya los cimientos de una sociedad distinta.
Compañeras y compañeros, el capitalismo está tocando fondo, pero no caerá solo. Lo sostienen el miedo, la apatía y la obediencia. Por eso nuestra tarea es clara: romper con esa obediencia, encender la solidaridad y demostrar que somos capaces de vivir sin amos ni dueños.
Y aquí, en esta convivencia, se demuestra que no estamos solas. Que seguimos, que resistimos, que cada vez que nos encontramos damos un paso más en la construcción de un movimiento vivo, fuerte y consciente. Quiero agradecer a todas y todos los que estáis aquí, porque cada gesto, cada palabra, cada esfuerzo cuenta.
Porque nuestra militancia no es un adorno, no es algo secundario: nuestra militancia es vital. Es la sangre que da vida a la organización, es la fuerza que nos mantiene en pie cuando todo parece derrumbarse. Y esa fuerza también nace de cuidarnos entre militantes, de sostenernos unas a otras en los momentos difíciles.
Gracias por no rendiros. Gracias por seguir luchando, por seguir replanteando todo el sistema, por no conformaros con las migajas que nos ofrecen. Gracias por mantener viva la llama de la organización libertaria.
El momento es ahora. Frente a su crisis, nuestra organización. Frente a su violencia, nuestro apoyo mutuo. Frente a su miseria, nuestra dignidad.
Porque si el sistema se derrumba, que nos encuentre unidas, combativas, agradecidas por lo que somos y por lo que construimos juntas. Que nos encuentre, sobre todo, libres.