[Cultura] Conclusiones de la Conferencia de Militantes en el Encuentro de la CNT-AIT del Sureste Peninsular

Conclusiones de la Conferencia de Militantes sobre «La desestructuración del sistema político-económico, consecuencias y respuestas libertarias organizadas» en el Encuentro de la militancia de la CNT-AIT del Sureste Peninsultar.

En la convivencia militante organizada por CNT-AIT Albacete en la Sierra del Segura del 27 al 31 de agosto, se realizó una Conferencia de Militantes para analizar la situación estructural del binomio capitalismo-estado ante sus limitaciones actuales y su reflejo social y medioambiental a nivel global y regional. Recopilamos las principales conclusiones de este debate participado por gentes de Alicante, Murcia y Albacete. 

Situación de colapso sistémico: No hubo unanimidad en la conclusión de situarnos en un proceso completo de colapso de la civilización industrial. Pero si fue mayoritaria la conclusión de que nos encontramos ante un punto final del sistema de producción y consumo financiarizado, provocado por el alcance de los límites energéticos, ecoclimáticos y redistributivos del “capitalismo social” que representan los Estados de Seguridad Social nacidos tras la Segunda Guerra Mundial y que se apoyaban en un fuerte crecimiento económico para financiarse. No se ve el fin del capitalismo, pero si un gran cambio estructural donde la producción se reducirá en muchos sectores por falta de materias primas o energía barata con drásticas consecuencias laborales, donde la capacidad de consumo necesario se irá limitando aún más por escasez o encarecimiento, donde los sistemas estatales de seguridad social terminarán por caer, donde el autoritarismo y la represión aumentarán para controlar el descontento social y donde el belicismo por los recursos será la norma geopolítica. Un capitalismo “de feudos” conformado por estados “ecofascistas” en busca de recursos, donde la mayor parte de las clases populares quedan excluidas y desprotegidas. 

Geopolítica actual, un eco a tener en cuenta en las luchas de base. Se identificaron varios apuntes recurrentes sobre la situación internacional actual y los movimientos de los estados que indican la decadencia globalista tutelada por los EE.UU. El mayor peso económico que los BRICS, está desbordando la hegemonía mundial de EE. UU, las estructuras internacionales creadas para dotar de legitimidad los intereses imperialistas occidentales han perdido fuerza, se comienza a imponer una geopolítica de dos bloques que conducen a una mayor presión belicista sobre territorios de frontera o de altos recursos. Sin embargo, este nuevo bloque que desde algunas posiciones políticas se ve como “esperanzador”, no trae nada nuevo, sigue basando su fuerza en la explotación capitalista de las personas y el medioambiente, además de olvidarse del sufrimiento de los pueblos en todo este juego.
Sobre esta cuestión general surgieron opiniones sobre si la militancia debe también estar pendiente de estas cuestiones geopolíticas, cuando nuestro trabajo fundamental se basa en atender la realidad obrera más cercana e inmediata para abordar desde esa base la lucha. Y siendo evidente que debe ser así, no podemos dejar de seguir los movimientos globales de reojo porque sus tendencias finalmente se transforman en las consecuencias más cercanas, tener en cuenta el devenir autoritario global nos puede ayudar a estar algo más preparadxs, es en parte la idea de esta Conferencia.   

La decadencia cultural. Se coincidió mayoritariamente en que un síntoma del proceso de colapso del sistema es la involución cultural. El triunfo del individualismo impulsado por las últimas décadas del capitalismo de consumo junto a las nuevas tecnologías en la comunicación, dibujan un perfil social estándar basado en el egoísmo, la autorrealización y el hedonismo, donde los valores comunitarios se han perdido casi completamente empujando a la sociedad a una desorientación ética y moral que afecta a las interacciones entre personas, ya que el utilitarismo es el motor de las nuevas relaciones humanas. La soledad, la depresión, la ansiedad, etc.

Son consecuencias de la falta de interrelación colectiva, los afectos, las empatías, los cuidados, el apoyo, la solidaridad… se encuentran tangiblemente en las relaciones colectivas. Los partidos políticos sufragistas y los sindicatos de estado también han contribuido al individualismo al adsorber las reivindicaciones de los grandes movimientos de clase hacia la acción delegada, que no tardó en cambiar el ideal emancipador por el posibilista. 
Bajo este individualismo y la inestabilidad económica general se dan las condiciones adecuadas para la proliferación del populismo reaccionario actual, donde la superficialidad de sus ideas se impone como referente cultural, y es desde esa posición desde donde abordan la toma política.  La crítica anticapitalista y antiestatalista hace tiempo que quedó atrás en la carrera cultural, primero ante el reformismo progresista y ahora ante los creadores de opinión mediáticos, y sin embargo es la cercanía a las prácticas anarquistas lo que cambiaría completamente el rumbo hacia el precipicio en el que nos encontramos.  

El Apoyo Mutuo como defensa. Bajo un panorama político más autoritario, represivo y jerárquico, el Estado será cada vez más militar y menos social, y previsiblemente apuntalado por grupos neofascistas en las calles, como se comienza a apreciar actualmente. Este proceso intimidatorio que hoy se está cebando con la migración principalmente, y con colectivos LGBTIQ+, feministas, o la condición de indigencia, no tardará en sobrepasar lo identitario o lo eventual para centrarse en el vínculo general, la pertenencia a la clase obrera, sobre todo si llegado el momento las reivindicaciones obreras perturban la hegemonía de las clases dominantes. En conjunto, lo que hoy son señalamientos, deshumanizaciones o escaramuzas, se irán convirtiendo cada vez más en actos organizados de violencia contra la clase obrera y su heterogeneidad.

La acción anarcosindicalista que ha sido empujada a la marginalidad por el sindicalismo de estado y el reformismo en general, se presenta nuevamente como la mejor forma posible de organización colectiva ante las injerencias reaccionarias, ya que sus componentes de Apoyo Mutuo y Solidaridad se prestan a la unidad de acción y respuesta. Abrir estas formas de actuar a otros colectivos, agrupaciones o personas no militantes entre las clases populares debe ser un objetivo dentro de la autodefensa para llegar a cierta capacidad de respuesta ante toda agresión. Las alianzas o vínculos deben surgir desde el territorio, el barrio o la ciudad al calor de las luchas en defensa de los espacios y derechos colectivos atacados por parte del capital-estado (vivienda, justicia social y medioambiental, salud, consumo necesario…) bajo una base mínima, la Asamblea, sin partidos ni aparatos corporativos, para conseguir una Red de Apoyo Mutuo, estable y amplia en cada zona, que pueda contrarrestar ataques y pasar a la ofensiva sobre las reivindicaciones obreras más profundas.

La necesidad de ruptura con el capitalismo, el Estado y sus diferentes mecanismos de consenso social y de canalización de los conflictos, neutralización e integración, en realidad responde a una crisis cultural, que se basa en una falta de referentes y valores para la clase trabajadora.

En este sentido la divulgación anarquista y anarcosindicalista se ha adaptado a los tiempos generando todo tipo de contenidos en diferentes formatos divulgativos para llegar a todos los niveles culturales de la clase trabajadora.

Ante el estado de emergencia, subversión organizada. El Estado demuestra con cada catástrofe su incapacidad para atender las necesidades inmediatas de las perjudicadas, a pesar de que el reformismo alude a su función de protector, no esta diseñado para tal fin, es un complemento introducido tras el desastre de la primera mitad del siglo XX, pero que va desapareciendo a medida que el capital reclama más espacio. La función primordial del Estado es mantener el orden del privilegio, por eso su matriz fundamental permanece inalterable (fuerzas de orden y sistemas punitivos) y así seguirá durante el proceso de colapso, pero la parte protectora seguirá debilitándose. Es necesario organizar las respuestas a las pequeñas y grandes emergencias que la inestabilidad capitalista actual seguirá provocando cada vez con más frecuencia.

No se trata de organizarnos de forma preventiva, se trata de hacer a la vez que se vive, de generar y estabilizar espacios autogestionados que cubran necesidades (colectividades de consumo o trabajo agrario, espacios de intercambio, etc.)  junto a nuestras vecinas y vecinos, compañeras y compañeros de trabajo, o apoyar proyectos de este tipo ya creados, y desde ahí organizar y socializar la subsistencia para que ocurra lo que ocurra tener cierta autonomía y capacidad de respuesta. Si a esta posibilidad se le suma la acción del Apoyo Mutuo organizado, se pueden llegar a planteamientos expropiadores de calado cuando la necesidad acucie. 

Desde el anarcosindicalismo y el anarquismo organizado se deben plantear estos análisis generales entre la militancia ante las perspectivas venideras. En esta Conferencia de Militantes, hemos apuntado mayoritariamente hacia la necesidad de atender vínculos sociales comunes y desde ahí construir la necesaria subversión de esta época.