3ª semana de agosto de 2011: Los «sindicatos» CCOO y UGT se comprometen públicamente a mantener la moderación salarial pactada mediante el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva que abarcaba hasta 2012. Poco después trasciende que en una reunión secreta entre Gobierno y los secretarios generales Méndez y Toxo con Rossell de la Patronal, este compromiso se amplía hasta 2014.
4ª semana: En otro gesto de sumisión exarcebada a «los Mercados» y al mandato europeo, se anuncia una reforma de la Constitución para incluir el techo de gasto presupuestario, tramitada de forma inusitadamente urgente. A ello se une que el Consejo de Ministros aprueba el 26 de agosto por Decreto dos nuevos recortes neo-liberales en el campo laboral: la reforma de la renovación del contrato de formación para ampliar el rango de edad aplicable a parados de hasta 30 años, así como erradicar la norma que impedía encadenar contratos temporales.
Estos son los datos tal cual, a los que hay que añadir los siguientes detalles:
– El acuerdo de negociación colectiva firmado entre sindicatos y patronal fijaba para 2011 incrementos salariales entre el 1% y el 2%. Si tenemos en cuenta que en 2010 éstos fueron cercanos al 0% de media, y el monto de la subida real del coste de la vida, resulta que lo que se ha rubricado en negro sobre blanco es una pérdida de poder adquisitivo de la clase obrera (y parada) sin parangón en los últimos tiempos.
– En su día, la introducción de la modalidad del contrato de aprendizaje (que no es más que una burda trampa del empresariado para rebajar en la práctica el coste del salario mínimo interprofesional) provocó cierto conflicto social, con la convocatoria de huelga general incluida. Ahora, en pleno siglo XXI, este tipo de contrato indigno alarga el tramo de edad aplicable.
– Se legitima la estafa que representa la concatenación de contratos temporales, que hasta la fecha se obligaba a tornarlos indefinidos a partir de los 2 años, condición ésta que desaparece. Esto sucede en un contexto en el que se evidencia el fracaso de la promoción de la indefinidad por parte de los legisladores: de la firma de nuevos contratos, un 95% de ellos son temporales.
– El alucinante aviso de reforma constitucional por la vía rápida debido al asunto de los Presupuestos no es más que una maniobra de despiste para acabar recortando, una vez más, servicios públicos.
– Esta eliminación constante de derechos laborales, en realidad es comparable, sólo que en una re-edición más grave y extendida en el tiempo, a los Pactos de la Moncloa de 1977, a partir de los cuales se fueron poniendo límites a cualquier aspiración de la clase trabajadora. Los culpables de estos atropellos tienen nombre y apellidos: son los traidores que firman a nuestras espaldas o callan, encima otorgándose la representación de los trabajadores.
Desde CNT ni pactamos, ni callamos, ni nos vendemos. Y decimos ¡basta ya! Por eso, la anarcosindical prepara una serie de movilizaciones contra el Pacto Social y todos estos atropellos de los cuales somos víctimas. Este otoño, bien en solitario, bien de forma conjunta (con otras organizaciones siempre que se acuerde una tabla reinvindicativa común; y haya coherencia entre principios, tácticas y fines) la CNT se va a echar a la calle a reivindicar nuestros derechos y luchar en favor de los sectores más débiles de la sociedad.
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