[Opinión] La propiedad privada crea monstruos…

El pasado domingo 10 de noviembre tuvo lugar una manifestación por el derecho y acceso a la vivienda frente a la especulación capitalista que lo impide. La secundaba junto a mis compañeras y compañeros de la CNT-AIT de Albacete que acudimos por acuerdo con un discurso propio sobre el tema, para dar a conocer nuestro posicionamiento al respecto en la propia manifestación, preparamos unos panfletos informativos para repartir entre participantes y viandantes, donde apuntábamos que la raíz del problema es la supremacía de la propiedad privada sobre cualquier regulación política de calado, un hecho inherente propio al sistema capitalista en el que habitamos. 

Antes del comienzo del recorrido, me dispuse a repartir algunos de estos panfletos a las gentes que por allí pasaban, las primeras personas a las que se los ofrecí parecían un matrimonio ya entrado en la madurez, el hombre no tardó en preguntarme; si esto era para ocupar, le contesté; que no específicamente, que estábamos denunciando un desastre social cada vez más extendido y que seguía creciendo; el del acceso a la vivienda para las clases trabajadoras. El contestó rápidamente, mientras su compañera parecía que tenía una pregunta en la boca; que ya lo estaba viendo… que si queréis casa, lo que tenéis que hacer es trabajar como yo o como mi padre que pudimos tener casa propia, le repliqué; que ese era el problema que ahora ni trabajando podías tener casa propia y en alquiler era cada vez más difícil, la mujer asintió, y el hombreno tardóen meter en la conversación la casa de sus padres del pueblo; yo tengo la casa de mi padre en el pueblo y allí no se acerca nadie más, que tengo la escopeta preparada, bajo esa premisa la conversación se tensionó, evidentemente, y añadió; que les costó tres años echarlos… Yo, le dije; que precisamente la ocupación particular era la evidencia de que teníamos un problema social habitacional. El no dio más detalles del caso, aunque le pregunté, se alejaban poco a poco mientras volvía a salir a la palestra la escopeta, en voz cada vez más baja.

Podéis pensar que se trataba del típico exaltado conservador y acomodado, pero no me dio esa impresión, en principio, podría ser perfectamente uno de nuestros padres, una persona que trabajó durante la transición y la democracia temprana en un tiempo donde acceder a una vivienda no suponía tres cuartas partes de lo ganado trabajando cuarenta años. En aquel tiempo capitalista, previo al financiero, una familia obrera en poco más de una década podía llegar a pagar una vivienda, es evidente la pérdida proporcional del nivel salarial obrero y la evolución especulativa en comparación con la actualidad. Pero si nos remontamos aún más atrás en el tiempo, nuestros abuelos podían hacerse con una vivienda trabajando un par de años, esto no quiere decir que el capitalismo del pasado fuera más benigno que el actual, no, la precariedad, la inseguridad y la explotación eran mayores por muchos factores; políticos, represivos, etc. Pero en lo tocante a los bienes capitales es evidente como la evolución capitalista aumenta imparable e irreversible la brecha, en parte por la propia dinámica capitalista y su tendencia al monopolio, y por otro lado, por una cada vez, más menguante organización obrera contestataria.

La cuestión fundamental, es que aquel hombre no hubiera respondido de esa forma agresiva si no tuviera ninguna propiedad, sin propiedad el miedo al quebranto de la misma no activa lo reaccionario, es así de simple. El proceso reaccionario actual hunde sus raíces en el miedo a perder, una casa, un pequeño negocio, una posición, etc. Pero este hecho actual no tiene nada que ver con la lucha de las clases populares para cubrir sus necesidades de vida, es el propio capitalismo el que esta despojando de la riqueza creada a las y los herederos de la generación anterior; son los bancos quienes más han embargado hogares en las últimas décadas, son los fondos de inversión quienes se están haciendo cada vez con más viviendas, son las empresas inmobiliarias quienes especulan y desplazan barrios enteros progresivamente, son los rentistas profesionales quienes especulan, y es el Estado quien favorece legislativamente esta progresión capitalista, incluso en las últimas décadas la iglesia católica ha robado miles de bienes comunales registrándolos a su nombre con total impunidad…

“La propiedad es un robo” dijo Proudhon, por la condena que supone para la mayoría no propietaria, pero la propiedad también es el mayor reactivo de la agresividad social, el principal elemento reaccionario que explica los crecientes movimientos de extrema derecha en los países donde los subalternos de la burguesía encontraron un espacio de expansión, y que ahora fruto de la incapacidad capitalista para crear nuevo valor los está devorando, aunque ni ellos mismos vean el porqué de su hundimiento social. Manipulados por charlatanes y oportunistas, es más sencillo culpar a quienes han sufrido la marginalidad capitalista, que reconocer que este sistema es una mentira que solo se sostuvo en occidente para los pequeños propietarios mientras duró la expansión del crédito a través del expolio general de las sociedades de los Estados en desarrollo. Inconscientes y enfadados esos pequeños propietarios son empujados poco a poco a la proletarización por el propio capitalismo, mientras creen seguir teniendo algo en común con Amancio Ortega o Ana Botín, algo aprovechado por esta élite económica como parapeto posibilista del privilegio.

Bajo la premisa de la defensa institucional de la propiedad privada germina la violencia más despiadada, la historia así lo atestigua… una, y otra vez.  

Crónica de la manifestación por la vivienda: https://cntaitalbacete.es/2024/11/accion-social-cronica-anarcosindicalista-de-la-manifestacion-en-defensa-de-la-vivienda-en-albacete/