
El pasado 15 de febrero, varios compañeros y compañeras anarco-sindicalistas acudimos de nuevo a las puertas de la Cervecería y Tapería El Manjar, con la intención de seguir con el pulso que mantenemos contra este antro de explotación, y propagar el boicot obrero contra este establecimiento hostelero con el que nuestro sindicato mantiene un conflicto por impagos a una de nuestras compañeras desde hace unos meses.
Nada más llegar al restaurante, una delegación formada por un compañero y compañera entraron para hablar con el jefe. El restaurante estaba totalmente vacío, solamente una mesa de cuatro personas en todo el establecimiento un viernes por la noche. Ya no quedaban trabajadores, solo el jefe y su madre.
La primera reacción del jefe fue la de negar que le había llegado la notificación del acto de conciliación que se iba a celebrar la semana siguiente, diciendo que no se presentaría y que, además, nos veríamos las caras en el juicio, afirmando que había denunciado a los compañeros del sindicato por haber participado en los piquetes.
Nada más comenzar el piquete, apagó las luces de la entrada y bajó la persiana, ese fue el último día de apertura de su local.
Se puede decir que el conjunto de las acciones que hemos organizado desde nuestro sindicato han sido totalmente efectivas, no solamente porque hemos demostrado la capacidad de acción colectiva de la clase trabajadora, sino también la capacidad de solidaridad que la población ha demostrado, durante todo el tiempo que hemos estado frente a las puertas del restaurante con nuestra lucha. Y se ha demostrado también que si las trabajadoras y los trabajadores nos organizamos y llevamos los conflictos sindicales más allá de los cauces que el sistema capitalista y judicial han diseñado para amordazar la lucha de la clase obrera, podemos ser capaces de muchas cosas.
Pero no solamente eso, sino que la perseverancia de nuestro sindicato organizando piquetes durante varias semanas y durante los dos servicios diarios del fin de semana, ha conseguido poner un cerco económico contra un restaurante, donde los impagos y los malos tratos eran el ingrediente secreto de todos los platos del menú. Le ha quedado claro que con la CNT-AIT no se juega, y no solamente no se juega sino que es capaz de ponerle el cierre a un establecimiento explotador como éste. Nos alegramos que en nuestra capital haya un establecimiento explotador menos.
El Manjar cierra, nosotros seguimos la lucha
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