Con el afán de detener la entrada de la extrema derecha en las instituciones políticas, un sector del electorado se ha movilizado, y parece que el partido más beneficiado de esa movilización ha sido el PSOE. Desde las páginas del Fragua Social nos gustaría hacer algunas reflexiones sobre el actual panorama político y social en el estado español, a raíz de las pasadas elecciones.
Para nosotrxs el fascismo siempre ha estado en las instituciones del estado, ya que, el fascismo no se puede desligar del poder. Donde hay ambición por el poder, hay fascismo. Si no pensáis así, preguntarle a lxs jóvenes de Alsasu qué opinan ellxs de la democracia, encarcelados hasta quién sabe cuando y tratados como terroristas, después de un juicio sin ningún tipo de garantías por una pelea de bar con unos guardias civiles. Hablarles de democracia a todas las personas que han sido torturadas por la policía, o preguntarles si no a los familiares de todas esas personas asesinadas, también por las fuerzas de seguridad del estado, en las cárceles o en las comisarías, incluso en las calles, sin que nadie se haga responsable. Preguntarles que les parece la democracia a todas esas personas que tienen problemas con la justicia por una publicación de twitter, por una obra artísticas e incluso por llevar una camiseta. O preguntarles a todas esas personas que han perdido sus puestos de trabajo, se han quedado sin recursos suficientes para poder vivir y han sido expulsados de sus casas como perros.
Fascistas son los jueces que han paralizado la exhumación del dictador Franco, fascismo son las cargas policiales del 1 de Octubre y fascistas son todos los medios de comunicación que solo pretenden convertir a las víctimas en verdugos y viceversa.
No creemos en esta parodia de democracia y no colaboramos en ella, razón por la cual, hemos recibido algunas críticas en las redes sociales por hacer campaña por la abstención. Se nos ha acusado de favorecer a la extrema derecha por el hecho de no votar. Parece que todxs esxs ciudadanistas de izquierdas no saben que el fascismo es una herramienta de la cual, la burguesía capitalista hará uso en el momento que le convenga. Como ya hizo en el pasado. No obstante, parece absurdo pensar que el fascismo se le puede combatir simplemente votando, ya que votar no tiene nada que ver con luchar, más bien tiene que ver con la obediencia y la sumisión.
El fascismo es la banca, las grandes empresas energéticas, los medios de comunicación. La burguesía y su ambición por acumular capital son el fascismo, y a estos no los vamos a detener votando.
La única cosa que podemos conseguir votando es legitimar este sistema opresor y explotador. Aunque la izquierda no opina igual, aseguran que las cosas solo se pueden cambiar desde dentro, pero, ¡que cosas pretende cambiar la izquierda? Nosotrxs queremos acabar con la sociedad de clases y destruir la industria productiva capitalista por ser, hoy por hoy, la mayor amenaza de la humanidad, de todos los ecosistemas de la tierra y de todo aquello que está vivo y respira. Cuando dicen que las cosas solo se pueden cambiar desde dentro es porque en realidad, sus intereses y los de la burguesía son los mismos. Es porque en realidad no tienen nada que cambiar, al menos, no nada significativo.
Muchxs respiran aliviados porque el PP no tiene posibilidad de formar gobierno nacional. pero no les importa que el PSOE si pueda hacerlo. Ya no recuerdan la corrupción, la represión, los recortes de derechos laborales y las repetidas traiciones a la clase trabajadora.
¿Habrá sido el voto útil? Por detener a la extrema derecha de VOX, han acabado favoreciendo a lo que algunos llaman régimen del 78, que es en definitiva el régimen que heredamos del franquismo, al final todo es lo mismo. Si todo sigue así vamos a tener PPSOE, pa rato, todo atado y bien atado.
No nos engañemos, a nosotrxs también nos asusta la extrema derecha, pero, todavía nos da más miedo el desarraigo ideológico, la falta de consciencia de clase entre los y las trabajadoras, la falta de solidaridad entre explotadas y oprimidas.
Y sobre todo, que a lo único que se reduzca la conciencia y el compromiso sea a un miserable voto.
Secretariado Permanente del Comité Regional