Ayer tuvo lugar un acto divulgativo en nuestro local organizado por el Ateneo Anarquista de Albacete con la presencia de Carlos Taibo como ponente para presentar su libro “ECOFASCISMO, UNA INTRODUCCIÓN”. Un buen numero de personas acudieron a esta charla, donde Carlos enumeró y apuntó los caminos que nos están llevando hacia sociedades mas autoritarias, excluyentes, violentas y desiguales, dentro de la deriva capitalista y sus consecuentes crisis, medioambientales, energéticas y sociales.
Palabras como colapso, crisis energética, capitalismo, estados, población sobrante, medioambiente… Y por supuesto ecofascismo sonaron ayer con fuerza para ubicarnos en la realidad de nuestro presente y en un más que previsible futuro cercano. La tesis argumentada por el autor relata como las dinámicas del sistema capitalista nos están llevando a tocar ya los límites naturales y sociales del sistema, y como en este ambiente las crisis se suceden, política, bélica, migratoria, alimentaria, humanitaria, etc. hasta conducirnos a una nueva forma de control totalitario de las élites, un nuevo fascismo movilizado por la escasez de recursos naturales y energéticos, que en la actualidad ya se atisba en un buen número de políticas estatales y supranacionales. Acercar una palabra socialmente reivindicativa y transformadora como ecologismo a formas autoritarias de gobierno como el fascismo, parece en principio algo antagónico, pero la historia nos dice que ya el nacionalsocialismo alemán albergaba una buena parte de ecologismo en su ideario, y no precisamente para buscar el bien común, si no para apuntalar aún más a una raza que entendían superior. El ecologismo sin humanismo puede convertir en fascista sin transiciones previas.
El signo mas evidente de ese atisbo de ecofascismo en la actualidad, tiene que ver con la idea extendida de que en el mundo sobra gente, algunos procesos estatales que enfrentaron la pandemia del covid-19 en los momentos más duros, nos muestran en la práctica el concepto de población sobrante, la palabra triaje resonó con la práctica en centros de mayores y hospitales para decidir quién podía vivir y quién no, la necropolítica cristalizó en ese momento de crisis; pero no solo en los momentos de crisis se ha puesto en marcha, la política fronteriza europea, o la política sanitaria en EE.UU también son ejemplos de necropolítica como se apuntó en el debate posterior.
En este posible mundo próximo donde las elites intentarán asegurar sus privilegios a través de estados más autoritarios y militarizados, y nuevas fórmulas de obligatoriedad capitalista, las mujeres sufrirán más aun la violencia, el control de sus cuerpos y las cargas de trabajo tanto formal como informal.
Hubo espacio para palabras esperanzadoras como, solidaridad, apoyo mutuo, decrecimiento… Tanto en la exposición del ponente como en el debate posterior, pero teniendo presente la realidad organizativa contemporánea, una realidad que nos dice de manera general, que no estamos en forma y número preparadxs, ni organizadxs para afrontar el horizonte que se nos presenta. Nuestras sociedades presentes siguen confiando en el estado y las democracias representativas como estructuras protectoras, obviando que son esa mismas estructuras las que nos están conduciendo a este colapso sistémico. Ejemplos no faltan, en las intervenciones de lxs escuchantes pudimos conocer como las dinámicas del Green New Dial están acaparando tierras para instalaciones fotovoltaicas y eólicas, desposeyendo de alternativas agrícolas a poblaciones rurales y destrozando paisajes y ecosistemas, a la vez que no disminuyen las emisiones de CO2, porque es absurdo hablar de renovables con un sistema de crecimiento exponencial.
La cuestión del mundo del trabajo y la capacidad de lxs trabajadorxs para “parar el mundo” también se apuntó en el debate, rescatar el concepto e idea de revolución proletaria como forma suprema de cambio radical, y lo lejos que estábamos como sociedad de esta posibilidad fundamental tanto ideológica como organizativamente, en parte por la división y confusión que ha generado históricamente el reformismo, conduciendo a las clases populares a través de programas y propagandas al callejón sin salida donde nos encontramos actualmente. Otras cuestiones como formas de resistencia de pequeña escala, a través de la organización colectiva de la alimentación, o la recuperación de saberes populares y ancestrales precapitalistas, ayudarían a atenuar el sufrimiento de las clases populares de cara a este más que posible futuro oscuro y bárbaro que nos espera.
Desde la CNT-AIT, estamos convencidxs que la practica organizativa anarcosindical hoy, es la mejor forma de enfrentarse al capital actual y futuro, y a los estados que surjan de él, porque de raíz somos Solidarixs, practicamos el Apoyo Mutuo, la Autogestión y la Autocapacitación, la Acción Directa nos da fuerza y razón, la Asamblea diluye jerarquías y autoritarismos, y sobre todo tenemos un proyecto de mundo en el corazón, un mundo socialmente igualitario, humanamente diferente y realmente libre, donde el miedo no sea el motor que nos dirige, un mundo colectivo de naturaleza viva.
¡VIVA EL COMUNISMO LIBERTARIO!